MODERNISMO Y GENERACIÓN
DEL 98
1.-
INTRODUCCIÓN
La
decadencia política y cultural española de finales del siglo XIX
desemboca en un impulso renovador que origina la aparición en
nuestra literatura de dos corrientes: el Modernismo y la Generación
del 98.
Ambos
movimientos comparten el ideario de ruptura con el Realismo y el
Naturalismo y pretenden conseguir una renovación estética. Los
rasgos comunes son los siguientes: el ansia innovadora, la
preocupación patriótica, la búsqueda de soluciones a los problemas
del ser humano y la creación de un estilo nuevo.
Pero
la actitud que adoptan ambas corrientes es bien distinta. El
modernismo centra sus esfuerzos en la renovación estética. El
rechazo del mundo burgués y materialista los lleva a valorar el
“arte por el arte”, en el que se refugian. El resultado es un
lenguaje preciosista y exótico, repleto de adjetivos sugerentes,
figuras literarias (metáforas, comparaciones, sinestesias...),
cultismos y neologismos.
Los
autores de la Generación del 98, en cambio, optan por una actitud
más crítica y radical, con la esperanza de cambiar España,
enormemente desorientada. Fruto de ello es una literatura más sobria
mediante la cual los autores canalizan sus inquietudes sociales,
históricas y culturales.
Estas
corrientes abarcan desde 1888, fecha en que el poeta nicaragüense
Rubén Darío publica Azul, hasta 1914, cuando Azorín señala la
aparición de una nueva generación literaria: los novecentistas. El
período está marcado por el conocido Desastre del 98 que
significará la decadencia política y cultural de España a finales
del siglo XIX.
2.-
EL MODERNISMO
2.1. EL CONCEPTO
2.1. EL CONCEPTO
En
su origen, el mote “modernistas” era lanzado con matiz despectivo
por los enemigos de las novedades. Sin embargo, hacia 1890, Rubén
Darío y otros asumen con orgullo tal resignación. Y a partir de
entonces, la palabra “modernista” irá perdiendo su valor
peyorativo y se convertirá en un concepto fundamental de nuestra
historia literaria
2.2 FUENTES DEL MODERNISMO
2.2 FUENTES DEL MODERNISMO
Este
movimiento literario recoge influencias de dos movimientos franceses
de la segunda mitad del siglo: el Parnasianismo y el Simbolismo que
lo encaminan a considerar el arte por el arte y a usar la palabra
evocadora y sugerente. También siguen a autores hispánicos como
Gustavo Adolfo Bécquer por ser un precursos del Simbolismo. De
hecho, Bécquer representó un puente entre el Romanticismo y la
poesía contemporánea. También se fijan en autores de otras
procedencias: los estadounidenses Edgar Allan Poe y Walt Whitman; el
británico Oscar Wilde, el italiano Gabrielle D´Annunzio, etC
2.3. CARACTERÍSTICAS
2.3. CARACTERÍSTICAS
Las
principales características son las
siguientes: desprecio del mundo burgués y preferencia por ambientes
alejados de la realidad del momento; búsqueda de lo exótico, lo
precolombino y lo oriental, por lo que tienen de misterioso y
místico; gusto por la armonía de la cultura grecolatina;
presentación de la belleza formal del texto como finalidad y de
acuerdo con la idea de ofrecer un arte refinado que se dirige,
especialmente, a los sentidos. Es colorista y deslumbrante;
proclamación de una estética liberada de todo código y modelo en
aras de una creación personal y, por último, renovación de la
sintaxis, el léxico, la métrica y el ritmo poéticos, buscando una
musicalidad en la expresión
2.4. TEMÁTICA
2.4. TEMÁTICA
La
temática del modernismo apunta en dos direcciones: la exterioridad
sensible (imágenes legendarias, paganas, exóticas, etc.) y la
intimidad del poeta (unas veces, vitalista, otras melancólica y
angustiada).
En
concreto, podemos resumir los principales temas de esta corriente en
los siguientes: una desazón romántica, la evasión, el
cosmopolitismo, el amor y el erotismo, el indigenismo o los temas
americanos, lo hispánico y la angustia existencial.
La
desazón romántica se debe a que el Modernismo tiene notables
afinidades con el Romanticismo: semejante rechazo de una sociedad
vulgar, parecida sensación de desarraigo, de soledad... Lo más
importante son las manifestaciones de hastío y de profunda tristeza.
La melancolía y la angustia son sentimientos centrales.
La
evasión es otra característica importante, ya que el modernista
huye a menudo del mundo por los caminos del ensueño (es una de las
formas de mostrar su desacuerdo con la realidad).
El
cosmopolitismo es algo ligado con lo anterior:un aspecto más de la
necesidad de evasión. El poeta se siente ciudadano del mundo y
considera a París como capital de ese mundo refinado que imagina y
desea. Huye del provincialismo y busca lo aristocrático y exquisito.
El
indigenismo o los temas americanos significan que los paisajes y
héroes hispanoamericanos se incorporan a la estética modernista
como una forma más de evasión hacia la época precolombina, o como
un intento de encontrar sus propias señas de identidad y de rehusar
las imposiciones norteamericanas.
Lo
hispánico es otra característica modernista. Los paisajes o las
tierras de España aparecen a menudo en sus versos. Se trata de una
defensa de lo español para acentuar las diferencias respecto a la
influencia norteamericana.
Por
último, aunque no menos importante, la angustia existencial. La
amargura del presente, el hastío, la melancolía por el pasado y la
incertidumbre ante el futuro aparecen tratados con un tone nostálgico
y melancólico, aunque a menudo disfrazados bajo una apariencia de
frío preciosismo lingüístico.
2.5. AUTORES
2.5. AUTORES
En
España existieron precursores del Modernismo; no obstante, la amplia
resonancia de esta tendencia en nuestro país no se produjo hasta que
el poeta Rubén Darío lo visita en 1892 y publica Prosas Profanas
(1896), obra que significa el triunfo de la concepción modernista.
Entre
los principales autores modernistas en España, hay que destacar
cuatro autores: Valle Inclán, máximo representante de la prosa
modernista en su primera época; Manuel y Antonio Machado. Sobre todo
Manuel, aunque su hermano arranca su poesía con un modernismo
intimista y simbolista. Y Juan Ramón Jiménez, que cultiva el
Modernismo antes de su giro en 1916.
3.-
LA GENERACIÓN DEL 98
3.1. EL CONCEPTO
3.1. EL CONCEPTO
Fue
Azorín quien propuso tal denominación en unos artículos de 1913.
Según él, integraban la “Generación del 98” autores como
Unamuno, Baroja, Maeztu, Valle Inclán...(aunque no cita a Antonio
Machado). Según el mismo autor, los rasgos que permiten agrupar a
tales autores son, no sólo un “espíritu de protesta”, sino
también “un profundo amor al arte”; y entre las influencias,
señala las de parnasianos y simbolistas. Queda claro, pues, que tal
generación no es, para Azorín, algo deslindado del Modernismo ni
opuesto a él.
Por
lo tanto, podemos decir que el término Generación del 98 se ha
aplicado tradicionalmente a un grupo de escritores de finales de
siglo, coetáneos a los modernistas: Miguel de Unamuno, Pío Baroja,
José Martínez Ruiz “Azorín”, Ramiro de Maeztu y Antonio
Machado. Mención aparte merece Ramón María de Valle Inclán, ya
que aunque se le incluye dentro de la Generación del 98, tiene
muchos puntos en común con los modernistas.
3.2. EL ESTILO Y LA TEMÁTICA
3.2. EL ESTILO Y LA TEMÁTICA
Los
rasgos estilísticos comunues a los autores de la Generación del 98
son los siguientes: el uso de un lenguaje sencillo marcado por un
claro antirretoricismo; el enriquecimiento de la lengua con la
etimología y la expresión popular (palabras tradicionales); la
abundancia de estructuras coordinadas, en la sintaxis, y de párrafos
breves. Y por último, la renovación de la técnica de la novela, y
la predilección por el ensayo.
Respecto
a la temática, los escritores del 98 manifiestan dos grandes
preocupaciones: el tema de España y el sentido de la vida.
Demuestran un entrañable amor hacia ella, denuncian su atraso y
buscan soluciones distintas ante los tópicos como antes hicieron
otros autores (Quevedo, Gracián, Feijoo, Cadalso, Jovellanos, Larra,
Costa y Giner de los Ríos.
Su
temática, por lo tanto, tiene relación con los siguientes aspectos:
el paisaje, la historia, los problemas existenciales y la angustia
vital.
Descubren
y valoran el austero y pobre paisaje castellano. No reflejan el
paisaje de forma realista y objetiva, tal como lo habían hecho los
autores del Realismo, sino subjetivamente. En cuanto a la historia, al
principio, consideran que la historia reciente de España es la causa
de los males que sufre el país, pero a partir de 1905 también
indagan en el pasado para encontrar los valores intrínsecos. Anhelan
la europeización del país. Los problemas existenciales se reflejan
en que los escritores del 98 entroncan con la filosofía de final de
siglo y, como los modernistas, sienten desazón como consecuencia del
mundo en que les ha tocado vivir. Se preguntan sobre el sentido de la
existencia del ser humano, el paso del tiempo, la muerte... y, al no
hallar respuestas, padecen una profunda angustia vital.
3.3. ALGUNOS AUTORES Y OBRAS
3.3. ALGUNOS AUTORES Y OBRAS
Aunque
son más de los que vamos a citar aquí, podemos destacar los
siguientes autores noventayochistas: Antonio Machado, Miguel de
Unamuno, Pío Baroja y Azorín.
Machado
es uno de los autores más conocidos de la Generación del 98 y
también, es uno de los poetas más importantes de las letras
hispánicas. Los temas principales de su poesía giran en torno al
paisaje castellano y la visión intimista del amor. Los recuerdos,
las añoranzas de deseos pasados y el inevitable paso del tiempo
marcan toda su producción literaria. Títulos importantes son:
Soledades y Campos de Castilla.
Miguel
de Unamuno es, sin duda, uno de los escritores más representativos
de toda la Generación del 98. De pensamiento fuerte y arraigado, la
problemática existencial y filosófica está presente a lo largo de
toda su obra. Cultivó todos los géneros, y de entre sus obras, es
importante mencionar libros como Niebla o Del sentimiento trágico
de la vida.
Pío
Baroja es otro de los pilares fundamentales de la generación. El
pesimismo y el desasosiego se reflejan en sus obras literarias, que
muestran una visión sincera de la realidad española llena de un
humor crítico, que persigue el cambio y la regeneración de un país
que está en sus horas más bajas. De entre todas sus obras podemos
citar Zalacaín el aventurero o La busca.
Azorín
es el conocido pseudónimo de José Martínez Ruiz. Fue periodista de
profesión y se vio especialmente reflejado en los problemas
económicos y sociales que atravesaba España a finales del siglo XX.
En sus obras aparecen representados a la perfección el campo de
Castilla y la figura del campesino español a través de detalles
minuciosos y perfectamente elaborados. Sus principales obras son La
voluntad y Castilla.
Por favor, echadle un vistazo a los poemas que ya han seleccionado vuestros compañeros,publicados aquí, para no repetirlos.
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