lunes, 23 de marzo de 2020

APUNTES PARA 4º ESO


MODERNISMO Y GENERACIÓN DEL 98




1.- INTRODUCCIÓN

La decadencia política y cultural española de finales del siglo XIX desemboca en un impulso renovador que origina la aparición en nuestra literatura de dos corrientes: el Modernismo y la Generación del 98.

Ambos movimientos comparten el ideario de ruptura con el Realismo y el Naturalismo y pretenden conseguir una renovación estética. Los rasgos comunes son los siguientes: el ansia innovadora, la preocupación patriótica, la búsqueda de soluciones a los problemas del ser humano y la creación de un estilo nuevo.

Pero la actitud que adoptan ambas corrientes es bien distinta. El modernismo centra sus esfuerzos en la renovación estética. El rechazo del mundo burgués y materialista los lleva a valorar el “arte por el arte”, en el que se refugian. El resultado es un lenguaje preciosista y exótico, repleto de adjetivos sugerentes, figuras literarias (metáforas, comparaciones, sinestesias...), cultismos y neologismos.

Los autores de la Generación del 98, en cambio, optan por una actitud más crítica y radical, con la esperanza de cambiar España, enormemente desorientada. Fruto de ello es una literatura más sobria mediante la cual los autores canalizan sus inquietudes sociales, históricas y culturales.

Estas corrientes abarcan desde 1888, fecha en que el poeta nicaragüense Rubén Darío publica Azul, hasta 1914, cuando Azorín señala la aparición de una nueva generación literaria: los novecentistas. El período está marcado por el conocido Desastre del 98 que significará la decadencia política y cultural de España a finales del siglo XIX.

2.- EL MODERNISMO

         2.1. EL CONCEPTO

En su origen, el mote “modernistas” era lanzado con matiz despectivo por los enemigos de las novedades. Sin embargo, hacia 1890, Rubén Darío y otros asumen con orgullo tal resignación. Y a partir de entonces, la palabra “modernista” irá perdiendo su valor peyorativo y se convertirá en un concepto fundamental de nuestra historia literaria

       2.2 FUENTES DEL MODERNISMO

Este movimiento literario recoge influencias de dos movimientos franceses de la segunda mitad del siglo: el Parnasianismo y el Simbolismo que lo encaminan a considerar el arte por el arte y a usar la palabra evocadora y sugerente. También siguen a autores hispánicos como Gustavo Adolfo Bécquer por ser un precursos del Simbolismo. De hecho, Bécquer representó un puente entre el Romanticismo y la poesía contemporánea. También se fijan en autores de otras procedencias: los estadounidenses Edgar Allan Poe y Walt Whitman; el británico Oscar Wilde, el italiano Gabrielle D´Annunzio, etC

        2.3. CARACTERÍSTICAS

Las principales características  son las siguientes: desprecio del mundo burgués y preferencia por ambientes alejados de la realidad del momento; búsqueda de lo exótico, lo precolombino y lo oriental, por lo que tienen de misterioso y místico; gusto por la armonía de la cultura grecolatina; presentación de la belleza formal del texto como finalidad y de acuerdo con la idea de ofrecer un arte refinado que se dirige, especialmente, a los sentidos. Es colorista y deslumbrante; proclamación de una estética liberada de todo código y modelo en aras de una creación personal y, por último, renovación de la sintaxis, el léxico, la métrica y el ritmo poéticos, buscando una musicalidad en la expresión


       2.4. TEMÁTICA

La temática del modernismo apunta en dos direcciones: la exterioridad sensible (imágenes legendarias, paganas, exóticas, etc.) y la intimidad del poeta (unas veces, vitalista, otras melancólica y angustiada).

En concreto, podemos resumir los principales temas de esta corriente en los siguientes: una desazón romántica, la evasión, el cosmopolitismo, el amor y el erotismo, el indigenismo o los temas americanos, lo hispánico y la angustia existencial.

La desazón romántica se debe a que el Modernismo tiene notables afinidades con el Romanticismo: semejante rechazo de una sociedad vulgar, parecida sensación de desarraigo, de soledad... Lo más importante son las manifestaciones de hastío y de profunda tristeza. La melancolía y la angustia son sentimientos centrales.

La evasión es otra característica importante, ya que el modernista huye a menudo del mundo por los caminos del ensueño (es una de las formas de mostrar su desacuerdo con la realidad).

El cosmopolitismo es algo ligado con lo anterior:un aspecto más de la necesidad de evasión. El poeta se siente ciudadano del mundo y considera a París como capital de ese mundo refinado que imagina y desea. Huye del provincialismo y busca lo aristocrático y exquisito.

El indigenismo o los temas americanos significan que los paisajes y héroes hispanoamericanos se incorporan a la estética modernista como una forma más de evasión hacia la época precolombina, o como un intento de encontrar sus propias señas de identidad y de rehusar las imposiciones norteamericanas.

Lo hispánico es otra característica modernista. Los paisajes o las tierras de España aparecen a menudo en sus versos. Se trata de una defensa de lo español para acentuar las diferencias respecto a la influencia norteamericana.

Por último, aunque no menos importante, la angustia existencial. La amargura del presente, el hastío, la melancolía por el pasado y la incertidumbre ante el futuro aparecen tratados con un tone nostálgico y melancólico, aunque a menudo disfrazados bajo una apariencia de frío preciosismo lingüístico.


        2.5. AUTORES

En España existieron precursores del Modernismo; no obstante, la amplia resonancia de esta tendencia en nuestro país no se produjo hasta que el poeta Rubén Darío lo visita en 1892 y publica Prosas Profanas (1896), obra que significa el triunfo de la concepción modernista.
Entre los principales autores modernistas en España, hay que destacar cuatro autores: Valle Inclán, máximo representante de la prosa modernista en su primera época; Manuel y Antonio Machado. Sobre todo Manuel, aunque su hermano arranca su poesía con un modernismo intimista y simbolista. Y Juan Ramón Jiménez, que cultiva el Modernismo antes de su giro en 1916.

3.- LA GENERACIÓN DEL 98


       3.1. EL CONCEPTO

Fue Azorín quien propuso tal denominación en unos artículos de 1913. Según él, integraban la “Generación del 98” autores como Unamuno, Baroja, Maeztu, Valle Inclán...(aunque no cita a Antonio Machado). Según el mismo autor, los rasgos que permiten agrupar a tales autores son, no sólo un “espíritu de protesta”, sino también “un profundo amor al arte”; y entre las influencias, señala las de parnasianos y simbolistas. Queda claro, pues, que tal generación no es, para Azorín, algo deslindado del Modernismo ni opuesto a él.
Por lo tanto, podemos decir que el término Generación del 98 se ha aplicado tradicionalmente a un grupo de escritores de finales de siglo, coetáneos a los modernistas: Miguel de Unamuno, Pío Baroja, José Martínez Ruiz “Azorín”, Ramiro de Maeztu y Antonio Machado. Mención aparte merece Ramón María de Valle Inclán, ya que aunque se le incluye dentro de la Generación del 98, tiene muchos puntos en común con los modernistas.


        3.2. EL ESTILO Y LA TEMÁTICA

Los rasgos estilísticos comunues a los autores de la Generación del 98 son los siguientes: el uso de un lenguaje sencillo marcado por un claro antirretoricismo; el enriquecimiento de la lengua con la etimología y la expresión popular (palabras tradicionales); la abundancia de estructuras coordinadas, en la sintaxis, y de párrafos breves. Y por último, la renovación de la técnica de la novela, y la predilección por el ensayo.

Respecto a la temática, los escritores del 98 manifiestan dos grandes preocupaciones: el tema de España y el sentido de la vida. Demuestran un entrañable amor hacia ella, denuncian su atraso y buscan soluciones distintas ante los tópicos como antes hicieron otros autores (Quevedo, Gracián, Feijoo, Cadalso, Jovellanos, Larra, Costa y Giner de los Ríos.

Su temática, por lo tanto, tiene relación con los siguientes aspectos: el paisaje, la historia, los problemas existenciales y la angustia vital.

Descubren y valoran el austero y pobre paisaje castellano. No reflejan el paisaje de forma realista y objetiva, tal como lo habían hecho los autores del Realismo, sino subjetivamente. En cuanto a la historia, al principio, consideran que la historia reciente de España es la causa de los males que sufre el país, pero a partir de 1905 también indagan en el pasado para encontrar los valores intrínsecos. Anhelan la europeización del país. Los problemas existenciales se reflejan en que los escritores del 98 entroncan con la filosofía de final de siglo y, como los modernistas, sienten desazón como consecuencia del mundo en que les ha tocado vivir. Se preguntan sobre el sentido de la existencia del ser humano, el paso del tiempo, la muerte... y, al no hallar respuestas, padecen una profunda angustia vital.


       3.3. ALGUNOS AUTORES Y OBRAS

Aunque son más de los que vamos a citar aquí, podemos destacar los siguientes autores noventayochistas: Antonio Machado, Miguel de Unamuno, Pío Baroja y Azorín.

Machado es uno de los autores más conocidos de la Generación del 98 y también, es uno de los poetas más importantes de las letras hispánicas. Los temas principales de su poesía giran en torno al paisaje castellano y la visión intimista del amor. Los recuerdos, las añoranzas de deseos pasados y el inevitable paso del tiempo marcan toda su producción literaria. Títulos importantes son: Soledades y Campos de Castilla.

Miguel de Unamuno es, sin duda, uno de los escritores más representativos de toda la Generación del 98. De pensamiento fuerte y arraigado, la problemática existencial y filosófica está presente a lo largo de toda su obra. Cultivó todos los géneros, y de entre sus obras, es importante mencionar libros como Niebla o Del sentimiento trágico de la vida.

Pío Baroja es otro de los pilares fundamentales de la generación. El pesimismo y el desasosiego se reflejan en sus obras literarias, que muestran una visión sincera de la realidad española llena de un humor crítico, que persigue el cambio y la regeneración de un país que está en sus horas más bajas. De entre todas sus obras podemos citar Zalacaín el aventurero o La busca.

Azorín es el conocido pseudónimo de José Martínez Ruiz. Fue periodista de profesión y se vio especialmente reflejado en los problemas económicos y sociales que atravesaba España a finales del siglo XX. En sus obras aparecen representados a la perfección el campo de Castilla y la figura del campesino español a través de detalles minuciosos y perfectamente elaborados. Sus principales obras son La voluntad y Castilla.









1 comentario:

  1. Por favor, echadle un vistazo a los poemas que ya han seleccionado vuestros compañeros,publicados aquí, para no repetirlos.

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